lunes, 1 de agosto de 2011

Celebraciones especiales; una excusa para estar juntos.


Celebraciones familiares, mi modo de vida.

Hola chicas ¿qué tal todo? Espero que muy bien, disfrutando de este veranito, aunque por estas tierras nórdicas el sol se niegue a brillar.
   Hoy quería hablaros, al igual que hice hace poquito con las cenas especiales de los viernes, de lo importante que es buscar momentos especiales en estos días difíciles.
   Una cosa que a mí me gusta hacer es encontrar cualquier excusa para que la familia se reúna. Me gusta que a pesar de las dificultades pasemos juntos momentos que nos hagan olvidar los problemas, porque al final, por malos que vengan los tiempos, esos momentos que hemos vivido nadie nos los podrá quitar. Y precisamente por eso, una excusa ideal es la celebración del santo de mis hijos.
    Seguramente a muchas de vosotras os puede parecer algo absurdo o frívolo, pero yo llevo mucho tiempo haciéndolo y siempre busco la forma de acomodar mi presupuesto el “evento”.
   Uno de los santos es en primavera y el otro en verano, así que es algo muy bueno porque podemos celebrarlos al aire libre. A estos santos siempre vienen mis padres y mi hermana, lo hacemos cada año, es ineludible y siempre intentamos pasar ese día tan especial juntos.
   Y cada año planificamos algo que sea divertido y que no salga caro porque claro, el resto del mes tenemos que comer y vivir. Y ahí entra en juego lo bueno de vivir en Asturias, pues tenemos áreas recreativas en casi todos los sitios, así que siempre elegimos una que tenga cerca algo bonito que merezca la pena visitar y cuya entrada sea gratuita o muy barata.
   El menú es en realidad el que llevó cualquier día de verano a la playa, pero presentado de forma que parezca más especial.
   La ensaladilla rusa, en vez de llevarla en el Tupper, la pongo en rebanadas de pan de molde que corto en triángulos,(lo podéis ver en las fotos que hay en la entrada de otra idea para las cestas y en una foto que os dejo), es algo que uso muchas veces y quedan unos canapés muy aparentes. Los filetes empanados los pongo en trocitos pequeños sobre rodajas de pan con un trozo de pimiento encima, también a modo de canapés y la tortilla la corto en pinchos. Y siempre suelo comprar algún fiambre baratito en el Día o en el Lidl, los dispongo en bandejas que guardo de cuando compro o me traen pasteles, preparo generalmente dos o tres bandejas, y una es de entrante para la comida y la otra queda para cenar. Como veis, gasto exactamente igual que un día en casa o en la playa, y todo es más especial. Además, suelo preparar una rica ensalada de tomate, que también reparto entre la comida y la cena. En alguna ocasión, en lugar de esto, compramos entre todos algo de carne y o pescado y preparamos una parrilla, siempre adaptada al presupuesto y comprando en las ofertas.
Como postre siempre hago una tarta de plátano con gelatina que está muy buena, y si a alguien le interesa otro día explico la receta.
    No sabéis lo que disfrutamos esos días, y nadie se imagina como me gusta sacar el mantel y poner la mesa en  medio de  un prado y saber que aunque somos pobres estamos juntos y somos felices. Poco más se puede pedir ya.
  Y después de la comida, y de los cafés que llevo en un termo entregamos los regalos al festejado. En  lo que voy a decir a continuación seguramente habrá división de opiniones, y me refiero a lo siguiente. Como mis hijos se llevan solo un año, les damos regalos a los dos. Ahora ya son mucho más mayores, pero cuando el que celebraba el santo tenía a lo mejor tres años, su hermano tenía dos o cuatro, según el momento, y no entendería porqué solo había regalos para uno. Entonces lo que yo hago es dar regalos que en su mayoría sirvan para los dos. Lo primero que hay que tener en cuenta es que es un santo y no un cumpleaños, y quiero que vean ese día como una reunión familiar y no solo un día que se dan regalos. Cuando eran pequeños les daba a lo mejor un balón para los dos y un juego de mesa o de manualidades que pudieran compartir. Al ir creciendo les he ido dando regalos variados, un par de raquetas de tenis o badminton para los dos, algún juego de mesa para compartir, algún CD de música que les gusté a los dos o algo así. Un regalo bonito pero no demasiado caro. Recuerdo una vez que entre todos les compramos una barquita hinchable para la playa, y fue un regalo que usaron un montón de tiempo.
    Las actividades que hacemos después de dar los regalos varían mucho. Siempre nos gusta jugar todos juntos a algo, aunque sea a las cartas, y luego realizamos la visita por la que nos hemos desplazado hasta esa área en concreto. Y puedo dar como ejemplo un  año en que fuimos a la Senda del Oso, aquí en Asturias, y fuimos a ver a las ositas Paca y Tola y visitamos el museo de la Casa del Oso, que es gratuito y muy interesante.
   Otro año visitamos Lastres, un pueblo ahora más conocido porque se rodó allí Doctor Mateo. Cada año elegimos un sitio, y si el dinero escasea demasiado, lo hacemos cerquita de casa para ahorrar gasolina porque auqneu no vayamos lejos siempre hay algo para ver.
     Después de la visita nos vamos a algún otro área recreativa o al mismo donde hemos comido y cenamos lo que nos ha ido sobrando, y terminamos el día todos juntos, contando viejas historias y recordando los años pasados, en plan viejecitos.
   Con el paso de los años, cuando ojeo las viejas fotografías de la celebración de los santos, o cuando veo los vídeos que año tras año he ido coleccionando, me invade una sensación de nostalgia que no podría explicar con palabras. Aunque los niños son ahora más mayores seguimos celebrando los santos, pero volviendo la vista atrás me doy cuenta de que las veces que mejor lo pasamos fueron aquellas en que teníamos menos dinero. Creo que al realizar estas pequeñas celebraciones trato de inculcar a mis hijos la importancia de la familia y lo importante que es aprovechar los pequeños momentos.
   Por eso desde aquí, y con mi escasa experiencia de la vida, os recomiendo a todas que busquéis días especiales para celebrar cosas con vuestra familia. No es necesario gastar más de lo que tenemos pensado, solo con prepararlo de una forma más atractiva ya es suficiente, y a nuestros hijos, aunque no siempre nos lo digan, les encanta sentirse rodeados por toda su familia. Y al final los regalos son lo de menos.
    Bueno, no os aburro más, aunque antes de nada os digo que dejo una foto de un cumple, no es un santo es un cumple de hace algo de tiempo, con algunos pinchinos que puse, y ahora me despido ya, en serio, pero antes de irme agradecería que me contaseis qué cosas celebráis vosotras. Ya otro día, para no cansaros más hoy, os explicaré unas celebraciones que mis hijos”han heredado” de mí. En el fondo son tonterías, pero es una especie de tradición y no puedo pasar sin hacerlas.
    Ahora sí que ya me voy, pero porfa, agradecería que me dieseis ideas nuevas que os veo yo demasiado tímidas. Mil besos.

2 comentarios:

  1. Marigem , me encanta leer tus experiencias son de mucha ayuda, un beso y cuidate

    ResponderEliminar
  2. Gracias. Espero que de verdad sean de ayuda porque yo a veces lo he pasado bastante mal, y me hubiera gustado tener un sitio donde leer estas ideas y ver que hay más gente con problemas como los míos. Gracias por leerme, de verdad. Besos.

    ResponderEliminar