domingo, 10 de marzo de 2013

MI ÚLTIMA ESCAPADA

Bilbao, una ciudad llena de encanto.


Me gusta llegar a una ciudad cuando casi no hay nadie, quiero que despierte conmigo.


Hola!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!¿Cómo habéis pasado la semana? A pesar de que vivo ultrasuperliada estoy muy contenta, la primavera ya se nota, en cada esquina hay ese olor único que no se parece a ningún otro, huele a sol, se ven margaritas salpicando los prados y jardines y de vez en cuando deja de llover para que podamos ver días de cielo azul y nubes blancas, y no grises.
Últimamente escribo pocos truquitos de ahorro o ideas de regalo, pero es que no sé porqué la inspiración me grita que hable de otras cosas, así que prometo que pronto haré alguna entrada de esas pero hoy me apetecía hablar de viajes.
Siempre que puedo, desde hace muchos años, primero con mis padres y luego con mi marido e hijos me ha encantado viajar. Soy de las que no se perdió un viaje de estudios y he viajado todo lo posible. Últimamente, entre la crisis y que mis hijos tienen otras necesidades viajo menos. El dinero es mejor emplearlo en estudiar o en gastos más apremiantes, además de que  a medida que crecen tienen mucho menos tiempo, pero aún así de vez en cuando intentamos hacer alguna escapada. Y de una de esas escapadas quería hablar, de una ciudad donde fui hace una semana, que está relativamente cerca de Gijón y que me encanta.
Pero no quiero hablar de sus museos, monumentos o gastronomía, algo muy conocido, quiero explicar lo que siento cada vez que voy, la sensación que me causa y que es lo que más me gusta. Hoy voy a hablar de mi última escapada a Bilbao.
Como ya he dicho siempre que pude hice viajes interesantes, y cuanto más he viajado más me reafirmo en la teoría de que no es necesario ir muy lejos para encontrar sitios maravillosos, a la vuelta de la esquina podemos descubrir un paraíso.


Esta ciudad está llena de rincones únicos, desde el cartel de una calle junto a una ventana llena de pensamientos hasta un banco, nuestro enemigo, que a veces tiene su encanto.


Cada vez que voy a Bilbao disfruto enormemente con la carretera. Hay unos tramos aquí en Asturias que son increíbles con la Sierra del Sueve tan cerca que impresiona. Esta vez estaba absolutamente cubierta de nieve y quitaba la respiración, en algunos momentos tuve la sensación de que si estiraba la mano podía tocarla. He pasado miles de veces por ahí porque el pueblo de mi madre es cerquita, pero no sé que pasa que cada vez que voy lo miro todo con ojos nuevos.
Normalmente, si vamos bien de tiempo hacemos una parada en un área recreativa que hay en la zona de Llanes, concretamente en Buelna, un sitio con olor a mar y que transmite una sensación de paz increíble.
Cuando ya salimos de mi tierrina y nos adentramos en tierras cántabras también disfruto mucho. Las playas por esa zona son increíbles, y Santander es maravillosa, otro día haré una entrada porque merece la pena. Y es cuando estoy por esas tierras cuando empiezo a impacientarme porque quiero llegar.
El resto del viaje ya es normal, aunque nos encanta ver el cartelito que nos da la bienvenida a Euskadi, es cuando ya sabemos que estamos cerca.
Confieso que soy un poco pesada y siempre hago igual, cuando veo el cartel que señala Santurce canto la canción esa de;”Desde Santurce a Bilbao, vengo por toda la orilla…” y cuando veo el cartel que anuncia el puente colgante vuelvo al ataque con;”No hay en el mundo, leré, puente colgante, leré, más elegante leré, que el de Bilbao, riau, riau” Jejejeje, lo admito, es una pesadilla aguantarme. 





Si subimos por recovecos misteriosos y encantadores podemos contemplar la ciudad desde otro punto de vista, desde lo alto.

 

Ahora ya me centro en Bilbao para no cansaros. No quiero irme a los tópicos así que evitaré explicar lo maravilloso que es el Guggenheim porque es de sobra conocido, simplemente quiero contar las sensaciones que me transmite.                                                                                             

Cada vez que paseo por el centro  veo esa mezcla de ciudad moderna con la clase y la elegancia de antes, y tiene ese no sé qué que me engancha en algunas ciudades.                                                                                      

Una de las cosas que más me gustan de Bilbao es el tranvía, llamado Euskotren. No es un tranvía de los que vemos en mi adorada Lisboa, es en realidad un tren moderno que a veces se “convierte” en metro, pero lo que a mí me gusta es verlo pasar junto a mí por la ciudad, es una especie de sensación de irrealidad.

Es precioso ver el tranvía por el casco antiguo. La iglesia que asoma es San Antón, donde está la placa de los ajusticiados por la subida de impuestos de la sal en el s. XVII.

 

Me encanta perderme por callejuelas estrechas y abigarradas de la zona centro, son calles que a determinadas horas no están muy transitadas y son realmente apetecibles para pasear.                                                                                                           
Otra cosa que me hace gracia es que tiene escaleras mecánicas en algunas calles, ya sé que no son las únicas del mundo, en Santander y más sitios las hay, pero me encantan estas, a veces, sin estar cansada subo en ellas porque me gusta.                                                                                                
Estas pequeñas escapadas son las que más se saborean, por eso intento disfrutarlas a tope y buscar rincones menos conocidos de lo habitual. De hecho, las fotos que voy a poner son las de sitios menos vistos o que me han llamado la atención. 
Las callejuelas estrechas son mi debilidad, se me ocurren miles de historias.

  Un lugar que me hace pensar es ver una placa que está en la fachada de la iglesia de San Antón, llamada también San Antonio Abad. En esta iglesia gótica que está en pleno casco antiguo, a orillas de la ría y junto al mercado de la ribera nos recuerdan a seis personas que el 24 de mayo de 1634 fueron ajusticiados. Ese anochecer les dieron muerte, tres ahorcados y tres a garrote. Y su “delito” no fue otro que defender con las armas los fueros que había vulnerado Felipe IV, y que resumido, ya que es más largo y complicado, decidió subir de una forma exorbitada los impuestos sobre la sal, un bien preciado que ayudaba a conservar carnes y pescados. Esta decisión se debió a que el rey estaba escaso de fondos para mantener las guerras imperialistas, así que embargó la sal de Vizcaya, gravándola con impuestos para que los beneficios fuesen para la corona. Si lo pensamos bien, hoy en día no es tan distinto, nos recortan en sanidad y educación y los beneficios son para los bancos, a los que les dan miles de millones para saldar sus deudas. Siempre perdemos los mismos. Bueno, que me lío, sigo con el viaje.

No sé aprecia muy bien pero menciona a todos los ajusticiados. Recordad que las fotos se pueden aumentar.

 Ya que hablo de esa placa me gusta de verdad la iglesia que acabo de mencionar, y no solo la iglesia, también el entorno con el puente de la ría justo detrás, siempre con gaviotas posadas en la barandilla que miran con descaro.                                                                                                 

En la plaza de los Santos Juanes tenemos un mural que recrea escenas del siglo XIX y que me encanta porque me recuerda a los murales que hay en Candás y que yo veía pintar cuando era pequeña e iba a la playa con mis padres. Es un mural bastante grande y que transmite sensaciones, sobre todo a los que hemos tenido mucha familia trabajando en un puerto y en una cuidad industrial del norte.

Este mural me hace viajar en el tiempo.

 De todos son conocidos los Fosterritos, esas entradas de metro diseñadas por Norman Foster, Premio Príncipe de Asturias y marido de la conocida y televisiva doctora Elena Ochoa. Me gustan mucho, son originales y combinan la arquitectura con la ingeniería, convirtiéndoles en algo único. Yo siempre los miro  por la tarde, me encanta como se refleja la luz del sol en algunos a esas horas. Si vais a Bilbao es algo que debéis buscar.

Me gusta contemplar los Fosterritos con la luz de la tarde, me parecen mágicos, algo inerte que se llena de vida.

  Saliéndonos un poco del centro, en el barrio de Santutxu está la Parroquia de Nuestra Señora del Monte Carmelo, una iglesia que  me gusta por varias razones. Su construcción se finalizó en 1887 pero tiene ese aire elegante que presentan muchas iglesias góticas a pesar de su relativa modernidad, y a la vez es tan sobria que  me da la sensación de una iglesia un poquito más justa, ajena al derroche. Bueno, son tonterías mías pero el caso es que la iglesia y el barrio me gustan, me gusta conocer los barrios de las ciudades, no solo el centro.

Me gusta ir a los barrios, y ver que convive el arte del siglo XIX con reliquias realmente antiguas y con auténticas modernidades.

 

Y lo mismo me pasa con Barakaldo. Siempre que voy a Barakaldo es para ir a conciertos, no sé que me pasa que nunca voy exclusivamente de visita pero a pesar de ello intento buscar un hueco para ver algo. Hace años leí el libro El otro árbol de Guernika, después de haber visto la peli de pequeña, una peli que marcó y que no sé porqué no la puse en la lista de las pelis que me han marcado. El libro empieza con el protagonista caminando calle Portu abajo, camino de la estación, así que yo, claro, la última vez que estuve en  Barakaldo, en Noviembre, me tuve que ir a la calle Portu y bajarla hasta la estación. 

 

Y ya para acabar y no ser pesada os diré que me encanta la ría, el sonido de los coches en el centro, suenan distinto, lo juro.  Y me encanta tomar algo por el centro o en una terracita de algún barrio, y subir y bajar las miles de escaleras, algunas conducen a sitios maravillosos. Y adoro el momento de la vuelta a casa, esa mezcla de sentimientos encontrados al pensar lo rápido que ha pasado el fin de semana pero que en el fondo a todos nos gusta llegar a nuestra casa, calentar una infusión antes de dormir y saber que pronto volveremos a viajar. Y también me gusta volver de noche, para estirar el finde todo lo posible, la carretera está tan tranquila que podemos dar rienda suelta a la imaginación e inventarnos todo tipo de historias. Y siempre celebro la entrada en Asturias cantando algo, jejeje, no cambio, y últimamente siempre nos da la bienvenida la niebla, que nos acompaña hasta dejar atrás la ría de Villaviciosa, y Gijón, silencioso y dormido, nos recibe para empezar la semana.

La ría es la guinda del pastel, la que hace que la ciudad sea completa.

 

Bueno chicos y chicas, no os aburro más y os deseo muy feliz inicio de semana, que todo salga bien, suerte y salud para todos. Y poco a poco me voy poniendo al día con vuestros blogs, comento poco pero lo intento. Besinos y nos vemos pronto.

Saber que subí estas escaleras en muy poco tiempo me da fuerzas para empezar la semana, si queremos, podemos.

 


18 comentarios:

  1. Nunca he estado en Bilbao (no he pasado mucho por el norte en general), pero me ha encantado la "descripción" que has hecho, que sólo puede hacer una persona que conoce la ciudad y la valora. Yo también pienso que una ciudad está hecha de sus rincones, de sus detalles, y no sólo de los grandes monumentos.
    Un besazo

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    1. En cuanto puedas debes venir al norte, te va a encantar. Un besín y gracias por leerme.

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  2. Yo tampoco he estado nunca en Bilbao, pero lo pintas tan bien que dan ganas de coger la maleta y para arriba. Me alegro de que lo hayas pasado genial y visto lo visto sin duda que ha sido así.

    Besicos.

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    1. bueno, pues a ver si te vienes pronto al norte, no te arrepentirás. Besitos.

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  3. Que guay...No he estado nunca en Bilbao. Me alegro que lo hayas pasado genial. Las escapadas vienen súper bien y nos recargan las pilas.

    Besitos wapa

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    1. Gracias. La verdad es que a vecs vemos más cosas en un par de días que en unas vacaciones largas. Besos.

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  4. Hola guapa,

    Un post maravilloso. Yo no he estado, pero las ganas no faltan. Con ganas de leer la segunda parte. ;)

    Un beso,
    Cristina♥
    http://blog-andcoffee.blogspot.com.es

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    1. Gracias. Venga, a animarse y a subir al norte. Un besín.

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  5. NO he estado nunca por allí pero se ve muy bonito.
    Cuando hemos venido de vacaciones en cuanto llegaba a la entrada del pueblo pensaba: "ya estamos en casa", pero yo no me ponia a canta, jej, no creo que te hagas muy pesada, seguramente esten todos deseando escucharte.
    Anyol blog

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    1. Jajajaja, si me oyeras cantar no dirías eso, canto fatal, aunuqe le pongo ganas, eso si. Un besito.

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  6. no he visitado aun esta zona, pero me encantaria

    http://losviajesysibaritismosdeauroraboreal.blogspot.com.es/

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  7. yo solo he estado de pasada y me gusto mucho!a ver si puedo ir con mas tiempo y sigo tus consejos!
    hoy tengo un post que te gustará, enseño a hacer el recogido con trenzas:)

    http://www.originaillyeliana.com/

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  8. No conozco esta ciudad pero tu explicación de todos los lugares de allí me ha encantado Marigem.Mis niñas y yo también cantamos cuando llegamos a Asturias, de verdad!, me ha hecho mucha gracia la coincidencia.
    No pasa nada aunque no tengas tiempo de estar comentando en todos los blogs, sería imposible comentar en tus 100 seguidores...
    Un afectuoso saludo desde:
    http://bloguntoquevintage.blogspot.com.es/

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  9. Que entrada tan bonita Marigem, y que de recuerdos me trae, en mi época Londinense viajaba mucho a Bilbao, ya que la vuelta a casa salía mucho más barata que ir a Madrid, porque venir a Asturias en avión desde Londres era ¡¡¡¡carísimo!!! Tenía una amiga de allí y recuerdo que un día me fueron a buscar al autobús y me dieron un paseo por toda la ciudad antes de coger el vuelo de vuelta a la gran ciudad. En fin, que te voy a contar, que me pongo ñoña, ¡qué tiempos! Pero qué narices, estos tiempos también son buenos, hay que saber disfrutar del momento presente.
    Gracias por llevarme de nuevo a Bilbao y traerme tantos recuerdos. Un besazo

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  10. Qué voy a decir yo del norte!,los colores,el aire...son diferentes, especiales. Aún no conozco Bilbao,pero lo tengo en mi lista de deseos,y después de leer tu entrada, mucho más!!. Por cierto,gracias por tu ayudita en mi blog. Ya he encontrado el botón, jeje!.un beso

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  11. He estado en Bilbao y es cierto que tiene unos rincones que merece la pena descubrir!!
    Besos guapa!!

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  12. Nos muestras Bilbao con un punto de vista especial que hay rincones que yo desconozco. Un abrazo.

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